La envoltura facial es una estructura anatómica hecha de capas superpuestas. La máscara facial corresponde a las tres primeras capas: la piel, el tejido adiposo subcutáneo y el sistema músculoaponeurótico superficial (SMAS).[1]
Los músculos faciales presentan características anatómicas comunes:
1. Unicidad de inervación: El nervio facial.
2. Una inserción superficial subcutánea: Músculos cutáneos.
3. Una inserción en la dermis profunda o una cara ósea.
Tienen dos funciones principales:
1. Abrir o cerrar los orificios de la cara (músculos esfincterianos)
2. Comunicar a través de las expresiones faciales (músculos de la mímica)
En el siglo XIX, Guillaume Benjamin Duchenne, médico neurólogo y fotógrafo francés, fue el primero en describir de manera individual los músculos de la cara y presentar su función como un lenguaje natural de las emociones[2]. Al mismo tiempo, Charles Darwin teoriza la expresión de las emociones como un sistema funcional para la supervivencia del organismo[3]. A partir de estas primeras observaciones, la descripción anatómica y funcional de los músculos cutáneos va a recibir una connotación emocional a veces pertinente, a veces un poco simplista o caprichosa. Así, el músculo corrugador de la ceja (ej. ceñir) se convierte en «el músculo del dolor», el músculo prócer (ej. piramidal) «el músculo de la amenaza», etc.[4]
Será necesario esperar al siglo siguiente con los trabajos de los psicólogos Paul Ekman y Wallace Friesen para establecer de una manera más rigurosa el vínculo entre las expresiones faciales y las emociones[5] y la puesta en evidencia de las emociones básicas llamadas «universales»[6] que ponen en juego una combinación particular de ciertos músculos de cutáneos.[7]
En nuestra práctica osteopática, trataremos de definir para cada músculo[8] qué expresión le caracteriza mejor, sabiendo que una emoción siempre pondrá en juego varios músculos de la mímica.
Hay que tener en cuenta que una crispación de los músculos cutáneos favorecerá la instalación de arrugas con pérdida de elasticidad del revestimiento de la piel y una cara marcada[9]. Estas arrugas de expresión, perpendiculares al eje del músculo cutáneo implicado, materializan las líneas tensoras de la dermis descritas por Langer[10]. Nuestra cara se modela así con el tiempo, con arrugas características de nuestros pensamientos y emociones[11].
[1] Leer sobre este tema el excelente artículo https://clemedicine.com/1-anatomie-de-la-face/
[2] «Cuando el alma está inquieta, el rostro humano vuelve a ser un cuadro vivo» G. B. Duchenne, De la electrificación localizada y de su aplicación a la fisiología, a la patología y a la terapia, 1862 http://www.item.ens.fr/articles-en-ligne/duchenne-de-boulogne-medecin-photographe-1806-1875/
[3] C. Darwin, «La expresión de las emociones en el hombre y en el animal», 1872.
[4] Sr. Daval, Compendio de Anatomía, 1881.
[5] Acerca de P. Ekman : https://www.eiagroup.fr/methodes/paul-ekman/a-propos-du-dr-ekman/
[6] Se habla de emoción universal si se expresa de la misma manera en el rostro de los seres humanos, cualquiera que sea su origen, su cultura o su educación. Según Ekman, las 7 emociones básicas son sorpresa, miedo, disgusto, ira, alegría, tristeza y desprecio.
[7] Ekman habla de unidad de acción (Action Unit) para describir un movimiento facial particular. Una expresión facial particular pondrá en marcha varias unidades de acción codificadas bajo el término de FACS (Facial Action Coding System)
[8] A diferencia de la clasificación de Ekman que enumera las acciones musculares y no cada músculo individualmente.
[9] Una cara arrugada y congelada constituye una buena señal de llamada para el testaje de la máscara facial.
[10] Líneas descritas en 1861 por el anatomista austriaco Karl Langer. Estas líneas de tensión situadas en la capa profunda de la dermis aseguran cierto tono a la piel. En cirugía, es deseable que las incisiones cutáneas se hagan paralelamente, y no transversalmente, a estas líneas para una mejor cicatrización.
[11] La observación de los rasgos faciales es además un arte ancestral taoísta (Mian Xiang) tradicionalmente utilizado para descifrar el carácter de una persona e identificar sus problemas de salud.