LA LESIÓN DEL SEGMENTO VERTEBRAL: Un nuevo abordaje de la columna vertebral

Clínica Publicado el 21 sept. 2021

Un cambio de paradigma[1]

Cuando comenzamos a aplicar el Enlace Mecánico Osteopático (EMO)[2] en la columna, la idea era simplemente:
1. sustituir las pruebas de movilidad clásicas por los test de tensión tisular,
2. Sustituir la manipulación vertebral por el Recoil.
Este enfoque, completamente nuevo para la época, nos permitió reconsiderar la forma de testar y tratar la lesión vertebral como se describe habitualmente[3].

En la práctica, realizamos una test global de presión en el proceso espinoso para determinar las vértebras en lesión y pruebas analíticas en flexión, extensión, rotación, inclinación, desplazamiento y descompresión para parametrizar la lesión a tratar[4].

 

Este procedimiento nos ha sido satisfactorio durante años ya que permitía corregir eficazmente las lesiones vertebrales articulares sin los inconvenientes o las contraindicaciones de la osteopatía estructural.
A lo largo del tiempo, observamos que una serie de lesiones vertebrales no respondían al modelo de disfunción articular descrito habitualmente.
¿Qué valen las leyes de Fryette en presencia de una osteoartritis apofisaria importante, de una anomalía transicional lumbosacra, de una anterolistesis, de una fractura vertebral o de una escoliosis mayor?
En el caso de una rotación vertebral, ¿cómo hacer para tratar de manera específica y, por tanto, diferente la posteridad de un lado y la anterioridad del otro?
¿Cómo manejar la inestabilidad de una vértebra?
¿Qué hacer con una lesión intraósea como la torsión vertebral?[5] ¿O la rigidez de una línea de fuerza espinal?
¿Cómo tratar específicamente una lesión discal?
¿Cómo tratar una columna en presencia de material quirúrgico?[6] ? Etc.

La respuesta a todas estas preguntas llegó cuando ya no comenzamos a reproducir las pruebas clásicas sino a buscar con precisión en qué parte del segmento vertebral aplicar el recoil. Entonces nos dimos cuenta de que era más importante determinar el punto de bloqueo (la lesión) que probar las posibilidades de movimiento de la vértebra (la disfunción).

En la práctica, el bloqueo de un segmento vertebral puede ser:
- bien en la vértebra (lesión articular o intraósea),
- bien en el espacio vertebral subyacente (lesión muscular, ligamentaria, neural o discal).

 

 

[1] Aquí presentamos el proceso que nos ha llevado a pasar progresivamente de una visión biomecánica clásica (la disfunción articular) al modelo de la lesión tisular que afecta a un elemento del segmento vertebral. No se trata solo de un cambio táctico (la técnica), sino de un cambio de estrategia (el método).

[2] Ver articulo El Enlace Mecánico Osteopático : los fundamentos

[3] En esta etapa, el enfoque técnico cambia, pero el modelo biomecánico sigue siendo el mismo. Se habla todavía de vértebras en flexión, extensión, rotación, inclinación o traslación.

[4] Varios estudios han demostrado la fiabilidad y reproducibilidad de los test EMO a nivel vertebral:

- Reliabilitätsstudie über der Befunderhebung der Wirbelsäule nach der Methode der Lien Mécanique Ostéopathique, Master Thesis zur Erlangung des Grade “Master of Science” in Osteopathie an der Donau Universität Krems – Zentrum für chin. Medizin & Komplementärmedizin. By Claudia Hafen-Bardella, 10.2009. -- Follow-up-Studie über die Reliabilität der Befunderhebung der Wirbelsäule nach der Methode des Mechanical Link. By Laura Kühn, 01.2018

[5] Ver articulo : Nuevo enfoque Osteopático de la Escoliosis

[6] Osteogénesis, prótesis de disco, laminectomía, etc.

 

Un nuevo procedimiento de diagnóstico y tratamiento

A partir de estas observaciones, hemos desarrollado un nuevo procedimiento que, a pesar de ser más simple, ofrece muchas más posibilidades para el diagnóstico y el tratamiento de la lesión osteopática vertebral.

1.Examen general de la columna vertebral

 a) Test de base de presión-circunducción en el eje de la apófisis espinosa para diagnosticar la posible lesión de un segmento vertebral.
 b) Test de balanza inhibidora para priorizar las diferentes lesiones encontradas y encontrar la lesión vertebral dominante.

Este examen general se realiza sistemáticamente en todos los pacientes[1]  y en cada consulta. La secuencia de las pruebas básicas es rápida, no invasiva (sin movilización de la columna vertebral) y muy cómoda. En la práctica, el examen completo de la columna vertebral (desde el occipucio hasta el cóccix incluido) con el diagnóstico de la lesión dominante y de las lesiones secundarias solo toma de 2 a 3 minutos.

 

 

[1] Desde el bebé hasta el anciano, el protocolo sigue siendo el mismo.

Test de base del segmento vertebral

2. Tratamiento del segmento vertebral lesionado.

 a) Test específicos de los 6 puntos clave del segmento vertebral con:
- 3 puntos clave para la vértebra (procesos espinosos y transversos)  
- 3 puntos clave para el espacio intervertebral subyacente (ínterespinosos e intertransversarios).
El objetivo de los test específicos es determinar el punto de bloqueo del segmento vertebral que puede situarse en la propia vértebra o en los tejidos del espacio intervertebral.

 

 

 

 

El segmento vertebral: vértebra y espacio intervertebral

b) Test analíticos en el punto de bloqueo para orientar el recoil.
El recoil se aplica siempre en el punto de bloqueo principal.
En algunos casos, como la torsión intraósea o la compresión vertebral, es útil asociar en la corrección dos puntos de contacto distintos (tratamiento combinado).
Hay que señalar que, para las cervicales, sólo un enfoque digital por vía anterior permite intervenir sobre el uncus. Asimismo, para corregir una lesión de anterolistesis lumbar, hay que pasar por la vía anterior (abdominal).

 

 

Dos ejemplos de lesión del segmento vertebral

Como no es posible describir todos los posibles esquemas lesivos del segmento vertebral en el marco limitado de este artículo, aquí presentamos dos lesiones osteopáticas particulares: la línea de fuerza espinal y la protrusión discal. Ambas lesiones son frecuentes y al mismo tiempo difíciles de tratar. Ilustran bien la diferencia entre el modelo de la disfunción articular y el de la lesión osteopática del segmento vertebral.


1.La línea de fuerza espinal

Hemos descubierto empíricamente la existencia de esta lesión osteopática muy particular durante una consulta. El paciente presentaba un bloqueo vertebral claro (test de base positivo) pero el ajuste sistemático de todas las restricciones articulares no cambiaba nada: a pesar de todos nuestros intentos de corrección, la vértebra seguía bloqueada desesperadamente. Intuitivamente, tuvimos la idea de hacer un recoil sobre el proceso espinoso, en dirección al cuerpo vertebral. ¡Y para nuestra sorpresa, la vértebra se liberó inmediatamente!
Como todas las piezas óseas, la vértebra sufre tensiones que orientan su red fibrilar en líneas de fuerza. Estas líneas recorren, sin ruptura, todo el eje espinal. Al cruzarse, permiten la amortiguación y la distribución de las tensiones sobre los tres pies vertebrales.
La rigidez anormal de una línea de fuerza espinal se acompaña generalmente de una «falta de resorte» de todo el eje vertebral. Por otra parte, es bastante espectacular ver cómo un paciente puede levantarse espontáneamente después del simple ajuste de una línea de fuerza espinal.

 

¿Cómo corregir una lesión de línea de fuerza espinal?

Para el recoil, el terapeuta se posiciona sobre la apófisis espinosa y luego, mediante una presión dirigida hacia el cuerpo vertebral, busca una resistencia activa que se oponga a su apoyo. A partir de este punto, realiza un impulso corto y dinámico en el eje de la apófisis espinosa. El test específico permite comprobar que la vértebra ha recuperado una elasticidad intraósea normal.

Las líneas de fuerza espinales

2. La protrusión discal

A menudo recibimos en nuestras clínicas a pacientes con hernia discal. La protrusión del disco, ya sea postmedia o posteroarticular, se incluye en muchos cuadros clínicos como neuralgia cervicobraquial, lumbago, ciática,  canal lumbar estrecho, etc.

La hernia discal ilustra bien la diferencia entre disfunción articular y lesión osteopática. En efecto, cuando el material discal se desplaza hacia atrás, causa naturalmente una disfunción vertebral en flexión. El error aquí sería corregir la disfunción vertebral (la consecuencia) en lugar de actuar sobre la protrusión discal (la causa)[1].].

 

 

 

 

 

[1] De ahí algunas agravaciones comunicadas por algunos pacientes después de manipulaciones vertebrales o incluso técnicas funcionales consideradas inofensivas. De hecho, no es tanto la forma de tratar como el diagnóstico osteopático lo que hay que reconsiderar. Cualquiera que sea la técnica utilizada, el ajuste debe centrarse específicamente en la lesión discal y no en la disfunción articular.

 

La protrusión discal

¿Cómo se corrige una lesión discal?
El recoil ofrece aquí una solución simple, eficaz y sin contraindicaciones. Por razones de seguridad y comodidad, sobre todo en fase aguda y/o con irradiaciones neurálgicas, es preferible tratar al paciente en procubitus[1] Lo mismo se aplica a la columna lumbar y a la cervical[2].
Los test específicos en el espacio intervertebral permiten encontrar exactamente el punto de bloqueo correspondiente a la hernia discal[3]. El test positivo se confirma generalmente por una pérdida de la lordosis fisiológica en el nivel lesionado, la sensación del paciente (sensibilidad mecánica aumentada del punto) y las imágenes médicas (cuando las tenemos).
Para hacer el recoil, el practicante se coloca con el pulgar en el nivel intervertebral, en el punto de resistencia diagnosticado por el test específico. La tensión se hace siguiendo la respiración del paciente y según un procedimiento bien definido[4]. El efecto obtenido es generalmente inmediato: la columna recupera una lordosis más flexible y el paciente se encuentra rápidamente aliviado. El descanso y, si es necesario, el tratamiento antiinflamatorio pueden complementar el tratamiento osteopático.
Más allá de las respuestas clínicas obtenidas, ciertamente convincentes, sería por supuesto interesante objetivar la reducción de una hernia discal por imagen médica[5]. ¡Desafortunadamente, a diferencia de la escoliosis, de la cual podemos seguir la evolución con diferentes radiografías, es difícil obtener nuevas imágenes de RM cuando el paciente está mejor!

 

Para concluir esta breve exposición de las nuevas posibilidades que ofrece el EMO sobre la espina dorsal, recordemos la necesidad de situar la lesión del segmento vertebral en el contexto de la lesión total. La lesión vertebral dominante siempre debe sopesarse con otras lesiones dominantes (periféricas, viscerales, craneales, vasculares, etc.) para determinar la lesión primaria del paciente. ¡La normalización de un segmento vertebral no siempre pasa (o no solo) por el ajuste vertebral!

 

El seminario EMO1 Introducción del EMO en la práctica por el raquis y el tórax, presenta la metodología del Enlace Mecánico Osteopático y su aplicación práctica sobre el eje occipito-vertebro-pélvico y el tórax.

 

[1] Si esto no es posible, el paciente se colocará en decúbito lateral, acostado en el lado que más le convenga (generalmente el lado opuesto al dolor).

[2] A nivel torácico, las lesiones discales son menos frecuentes. Son abordadas no directamente sino a través de la cabeza costal que toca el disco vertebral correspondiente.

[3] Dependiendo del tipo de protrusión discal, posteromedial o posterolateral, el punto de bloqueo en el espacio intervertebral estará más o menos cerca de la línea ínterespinosa.

[4] Las modalidades de recoil y las precauciones que deben tomarse en caso de lesión discal dependen en parte del cuadro clínico. Aunque el recoil parece una técnica simple e inofensiva, su ejecución requiere buen dominio.

[5] Hemos tratado a un paciente con dolor de espalda con radiación aguda en la extremidad inferior. El tratamiento médico a pesar de un descanso estricto no había proporcionado ninguna mejora y la resonancia magnética mostró una hernia discal importante en L1-L2. El tratamiento osteopático dio un resultado rápido y perfecto con una sola sesión. Varios meses después, la resonancia magnética de control mostró una reabsorción completa de la hernia.

 

 

 

Eric Prat DO