Para concluir esta exposición, recordemos que los factores responsables de una escoliosis pueden ser múltiples y variables de un paciente a otro. El planteamiento osteopático de la escoliosis necesita siempre para cada caso un examen general detallado y un tratamiento específico jerarquizado.
Además, el osteópata no debe nunca trabajar sólo sino en colaboración estrecha con los otros actores de la medicina física y ortopédica.
[1] Llamada también escoliosis primitiva o esencial.
[2] En cuyo cayo, la escoliosis ya no es primitiva.
[3] Esta lista de puntos clave no es exhaustiva. Otras lesiones osteopáticas, como el ligamento arterial, la aorta y ciertas fijaciones viscerales merecerían también figurar aquí.
[4] Hemos observado este fenómeno en el caso de una escoliosis juvenil severa donde nuestra intervención ha sido decisiva para la obtención del resultado (los diferentes corsés ortopédicos no habían dado ningun resultado antes la primera consulta osteopática).
[5] En osteopatía craneal, esta torsión horizontal de la cúpula craneal pasa desgraciadamente desapercibida pues no entra en el campo de las disfunciones esfenobasilares clásicamente descritas.
[6] El diagnóstico diferencial entre una torsión craneal y un troque del encéfalo necesita un test en balance inhibidora muy particular.
[7] En el caso más frecuente, la escoliosis torácica con convexidad derecha, observamos habitualmente una mastoide izquierda más baja que la derecha con una torsión asimétrica entre el hueso timpanal derecho e izquierdo.
[8] Evocamos aquí no la articulación C0-C1 sino el centraje entre el occipital y la parte superior de la apófisis del odontoides (unión C0-C2).
[9] En todos los casos, da igual la causa de la torsión vertebral, el planteamiento osteopático es el mismo.
[10] Una simple cinta de costura permite verificar este hecho.
[11] Punto neuromuscular correspondiente al punto de acupuntura 46 (Ge Guan, puerta del diafragma).
[12] Estas lesiones intraóseas coxales pueden ser adquiridas desde el nacimiento (mala posición intrauterina) o en la infancia (traumatismo, caída sobre las nalgas).
[13] Es una de las razones por la cuál es necesario saber diferenciar bien por ejemplo un iliaco anterior articular (en relación con el sacro) de un iliaco anterior intraóseo (en relación con el isquion o el pubis). Para la corrección con recoil de las lesiones intraóseas del hueso coxal, los puntos de contacto sobre las piezas iliacas, isquáticas o púbicas están determinadas por los test específicos.
[14] A la imagen de una cuerda demasiado corta que aumenta la curvatura de un arco.
[15] Este sujeto merece él sólo un artículo. En presencia de una diferencia de longitud de miembros inferiores o de una desviación en varo/valgo en los niños, el tratamiento osteopático consiste en regular el crecimiento del fémur y la tibia neutralizando las lesiones de líneas de fuerza intraóseas, estimulando el cartílago de crecimiento y normalizando la tensión de los nervios periféricos.
[16] El eje occipital está definido como la vertical pasando por la apófisis espinosa de C7 y el pliegue entre glúteos. Una desviación del eje occipital refleja un desequilibrio lateral del bloque superior (cabeza y raquis torácico) con respecto al bloque inferior (raquis lumbar y pelvis). Según nuestra experiencia, estas << escoliosis descentradas >> presentan entre los adultos un riesgo de agravación hacia la escoliosis degenerativa.
[17] Varios pacientes sufriendo de escoliosis severa han podido, gracias al tratamiento osteopático aquí propuesto, evitar una operación quirúrgica.